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Lun a Vie de las 8 a las 22hPublicado en:
Muchos piensan que el copywriting es “redactar profesional”, “usar palabras elegantes” o “cuidar la ortografía”. Todo eso es útil, claro, pero no es el objetivo del copywriting.
El copywriting es el arte de escribir para persuadir. Para que quien lee haga algo. Comprar, registrarse, enviar un mensaje, descargar un recurso, pedir información. Si no pasa nada, entonces el texto falló.
Un buen copy parte del conocimiento del lector. Entiende qué le preocupa, qué desea, qué necesita, y desde ahí construye un mensaje que responde a su situación y le muestra una solución clara.
Un error muy común en los sitios web es escribir como si se estuviera hablando a miles de personas al mismo tiempo. Pero en realidad, quien lee tu web es una sola persona. Escribele como si estuvieras frente a ella, tomando un café. Que sienta que lo que estás diciendo fue escrito para él o ella.
Imagina que escribes el mejor texto del planeta. Perfecto. Emociona, inspira, convence. Pero… nadie lo encuentra. Entonces no sirve de nada.
El SEO (Search Engine Optimization) es lo que permite que tu contenido aparezca en Google cuando alguien escribe una búsqueda relacionada. Por ejemplo:
“cómo mejorar las ventas online”
“escribir textos para atraer clientes”
“qué poner en la página de inicio”
Si no estás utilizando palabras clave que las personas realmente buscan, estás escribiendo para el vacío.
Algunas personas creen que escribir para SEO arruina el estilo del texto. Eso es porque lo hacen mal. El buen SEO es invisible. El contenido no debería sonar forzado ni artificial. Debe ser natural, claro y valioso.
Tu objetivo es simple: atraer tráfico con SEO y convertirlo con copywriting.
Aquí van las claves fundamentales que debes aplicar al crear cualquier tipo de contenido para tu web, desde una página de ventas hasta un artículo informativo.
Antes de escribir una sola palabra, necesitas saber exactamente a quién te diriges. No basta con saber su edad o su género. Piensa:
¿Qué problema tiene esta persona?
¿Qué le gustaría lograr?
¿Qué cosas le frustran?
¿Qué dudas podría tener sobre tu oferta?
¿Cómo se comunica en su vida diaria?
Cuanto más claro tengas este perfil, más fácil será escribir algo que conecte emocionalmente.
El título es lo primero (y muchas veces lo único) que alguien va a leer. Si no engancha, lo demás no importa. Tiene que ser claro, directo y prometer algo de valor.
Algunas fórmulas útiles son:
“Cómo [beneficio] sin [obstáculo]”
“X errores que debes evitar si quieres [meta deseada]”
“Guía paso a paso para lograr [resultado]”
Recuerda: el título debe despertar curiosidad o reflejar una necesidad clara.
El primer párrafo tiene una sola misión: hacer que la persona siga leyendo. No lo uses para hablar de ti ni de tu empresa. En lugar de eso:
Muestra que entiendes su situación
Lanza una pregunta potente
Cuenta una historia breve
Describe un escenario conocido
Ejemplo:
Has intentado escribir en tu sitio, publicar contenido, hacer campañas… pero nada funciona. Sientes que estás hablando solo. Y lo peor, no sabes por qué. Tranquilo, no eres el único. Hay una razón para eso, y aquí la vas a descubrir.
Ese tipo de inicio engancha porque habla directo al lector.
Uno de los errores más comunes es hablar únicamente de lo que hace tu producto o servicio, en lugar de lo que consigue quien lo usa.
No digas: “Consultoría de negocios en línea”.
Mejor di: “Te ayudo a ordenar tus ideas, tomar decisiones rentables y lograr resultados concretos desde el primer mes”.
Habla del cambio real que va a experimentar la persona.
La prueba social es fundamental. Mostrar lo que otras personas dicen sobre ti, o los resultados que has conseguido, genera confianza inmediata.
Puedes incluir:
Opiniones de clientes
Historias de éxito
Capturas de pantalla
Números medibles (si los tienes)
No hace falta inventar. Basta con mostrar algo genuino que respalde tu mensaje.
Todo contenido debe tener un llamado a la acción (CTA) bien claro. No des por hecho que el lector sabe qué hacer. Guíalo.
No uses botones tímidos ni frases genéricas. Usa textos como:
“Quiero mejorar mis ventas ahora”
“Empieza a escribir mejor desde hoy”
“Solicita tu asesoría gratuita aquí”
Y repite el CTA a lo largo del texto. No lo pongas solo al final.
No se trata de adivinar. Hay herramientas gratuitas que te ayudan, pero también puedes hacer una simple búsqueda en Google y mirar:
Qué te sugiere el autocompletado
Qué aparecen en los resultados principales
Qué preguntas hace la gente
A partir de ahí, haz una lista de palabras o frases clave. Inclúyelas de forma natural en:
El título principal (H1)
Algunos subtítulos (H2, H3)
El primer párrafo
Algunos párrafos intermedios
El texto alternativo de imágenes
No repitas la misma palabra clave como robot. Usa variantes. Por ejemplo, si tu palabra es “copywriting”, también puedes usar:
“escritura persuasiva”
“textos que venden”
“redacción para ventas”
Google entiende estas conexiones. Lo importante es que el texto fluya de forma natural.
Un texto optimizado debe ser fácil de leer. Evita los párrafos largos. Usa:
Subtítulos frecuentes
Listas con viñetas
Negritas para destacar ideas
Espacios en blanco
Todo esto mejora la experiencia del usuario y también te ayuda con el SEO.
Si puedes explicar cómo hacer algo, hazlo. A la gente le encantan los contenidos que resuelven problemas concretos. Mientras más específico seas, mejor.
Son ideales para un solo objetivo: lograr una acción. Todo el texto debe conducir hacia eso. Desde el título, los beneficios, las pruebas, hasta el llamado final.
Nada de copiar y pegar lo que dice un catálogo. Escribe pensando en lo que la persona necesita, no solo en lo que estás vendiendo. Responde preguntas, elimina dudas y guía hacia la compra.
No subestimes el poder de lo simple. Si hay preguntas que te hacen seguido, conviértelas en contenido. Eso te posiciona como autoridad y mejora tu presencia online.
Aprender a escribir contenido que convierte también implica reconocer los errores que más daño causan a tu comunicación. Son detalles que a simple vista parecen inocentes, pero que pueden estar bloqueando tus ventas sin que te des cuenta.
Una cosa es sonar profesional y otra cosa muy distinta es sonar a manual técnico. Si tu texto parece escrito por una máquina, sin alma, sin emoción, sin intención, nadie lo va a leer hasta el final.
No hace falta escribir perfecto. A veces es mejor dejar pasar uno que otro error ortográfico que tener un texto completamente plano. En serio. Las personas quieren leer a otras personas, no a un PDF institucional que no dice nada nuevo.
Pensar que escribir “correctamente” implica usar palabras rebuscadas es una trampa. Si tu lector tiene que abrir el diccionario cada dos frases, perdiste la atención de inmediato. Las personas valoran la claridad. La simpleza es una virtud.
Palabras como “propuesta de valor diferenciadora”, “solución integral”, o “paradigma digital” suenan bonito… pero ¿se entienden de verdad? Mejor escribir como hablas, pero con orden y propósito.
Uno de los errores más repetidos es llenar la página de frases como: “somos líderes”, “nuestra experiencia nos respalda”, “ofrecemos un servicio de calidad”. Lo siento, pero a nadie le interesa eso. Al menos no al principio.
Tu cliente está pensando en sí mismo, no en ti. Quiere saber si entiendes su problema, si tienes algo que lo pueda ayudar. Entonces, habla de él. Usa frases como:
“¿Cansado de tener una web que no vende?”
“Esto es lo que necesitas si quieres atraer más clientes sin gastar de más”
“Descubre cómo mejorar tus textos y aumentar tus resultados sin complicarte la vida”
Después, cuando ya haya interés, sí puedes contar más sobre ti, pero siempre desde lo que puedes aportar al lector.
Muchos sitios web tienen textos interesantes, buena información, un diseño correcto… pero no te dicen qué hacer. No tienen una llamada a la acción clara. Eso es un error fatal.
Tu texto necesita una guía. Un botón. Una frase. Algo que le diga al lector cuál es el siguiente paso. Y debe estar bien visible.
Algunas llamadas a la acción efectivas podrían ser:
“Comienza ahora y mejora tus resultados”
“Solicita una asesoría sin costo”
“Descarga tu guía gratuita aquí”
No des por hecho que el lector va a adivinar lo que quieres que haga.
Puedes escribir el mejor texto del mundo, pero si no das alguna prueba de que lo que ofreces funciona, las personas van a dudar. Así somos todos: necesitamos confiar antes de tomar acción.
Algunas formas simples de generar confianza:
Opiniones reales de clientes
Capturas de mensajes o correos de agradecimiento
Números: “más de 80 negocios ya han usado este servicio”
Casos de éxito concretos
Resultados comparables antes y después
No necesitas mostrar datos privados, solo ser auténtico y transparente.
Si ya tienes textos publicados en tu web y sientes que podrían rendir mejor, aquí van algunas ideas simples para optimizarlos sin rehacer todo desde cero.
Revisa los títulos de tus páginas y entradas de blog. ¿Son genéricos o específicos? ¿Tienen palabras clave? ¿Prometen algo concreto?
Antes: Servicios profesionales
Después: Servicios de redacción para mejorar tus ventas online
Antes: Sobre nosotros
Después: Conoce al equipo que va a ayudarte a atraer más clientes
Un cambio de título puede aumentar los clics de manera inmediata.
Los subtítulos (H2 y H3) no solo ayudan al lector a escanear el contenido, sino que también mejoran el SEO. Dividir tu texto en bloques claros facilita la comprensión y hace que se vea más ordenado.
Una página sin subtítulos se siente pesada. Divide por secciones cada 3 o 4 párrafos. Haz que cada título resuma lo que viene después.
Las listas hacen que tu contenido sea visualmente más atractivo. También ayudan a que el lector retenga mejor la información. Siempre que puedas, usa viñetas para destacar:
Beneficios de contratar un redactor especializado:
Ahorro de tiempo en producción de contenido
Mejor posicionamiento en buscadores
Mayor tasa de conversión
Comunicación más clara y efectiva
Lee tu texto en voz alta. ¿Suena natural? ¿Demasiado largo? ¿Te cuesta entender lo que tú mismo escribiste? Entonces es hora de simplificar.
Quita lo que no aporta, usa frases cortas y evita términos técnicos si no son necesarios. La regla es: si puedes decirlo en menos palabras, hazlo.
No basta con tener una página bien escrita. Necesitas alimentarla con contenido de valor que traiga gente desde buscadores, redes sociales o campañas. Aquí te comparto ideas que puedes comenzar a desarrollar.
Piensa en las dudas que escuchas todo el tiempo por parte de tus clientes. Cada una de esas preguntas puede convertirse en una página optimizada o una entrada de blog.
“¿Qué es el copywriting y para qué sirve?”
“¿Cómo sé si necesito mejorar mis textos?”
“¿Cuánto tiempo tarda en verse resultados con el SEO?”
Ayudar a tu audiencia a evitar errores es una excelente forma de posicionarte como experto sin parecer arrogante.
“7 errores que arruinan tus ventas online”
“Por qué tus textos no generan resultados (y cómo solucionarlo)”
El storytelling (contar historias reales) engancha más que cualquier dato técnico. Puedes hablar de experiencias tuyas, de clientes (con permiso) o de situaciones reales en tu sector.
“Lo que aprendí escribiendo 100 textos de ventas para negocios pequeños”
“Cómo pasé de 0 visitas a 10 mil en un mes (sin pagar anuncios)”
Cuanto más enseñas, más confían en ti. Crea guías, tutoriales o mini cursos que ayuden a tus visitantes a avanzar en sus objetivos, y luego ofréceles tu producto o servicio como el siguiente paso lógico.
Una página pensada para convertir no se improvisa. Debe tener una estructura que acompañe al lector desde el interés inicial hasta la acción deseada. Aquí tienes un esquema básico que puedes usar como plantilla:
Debe capturar la atención al instante. Tiene que hablar del problema y ofrecer una promesa.
Ejemplo: “Mejora tus textos y consigue más ventas sin contratar una agencia”
Refuerza el mensaje principal. Puedes usarlo para eliminar objeciones o agregar contexto.
Ejemplo: “Ideal para emprendedores, profesionales y pequeños negocios que necesitan comunicar mejor sin complicarse”
Habla del problema que tiene el lector. Demuestra que entiendes lo que está pasando. Sé empático.
Ejemplo: “¿Tienes una web, pero nadie compra? ¿Sientes que escribes y nadie responde? No eres el único. Y sí, se puede cambiar.”
No cuentes solo lo que haces. Explica cómo mejora la vida de tu cliente. Usa viñetas, sé concreto.
Muestra evidencias. Opiniones de personas reales, datos, imágenes, capturas de pantalla. Todo suma.
Un botón, un enlace, un formulario. Pero que sea claro, que destaque visualmente, y que tenga una frase persuasiva.
Ejemplo: “Solicita tu diagnóstico sin costo ahora”
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