IPv4 vs IPv6: Qué cambia realmente y por qué sí importa

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IPv4 vs IPv6: Qué cambia realmente y por qué sí importa

Para comprender lo que está sucediendo con IPv4 y IPv6, es importante tener en cuenta cómo funcionan los protocolos de Internet. Siempre que un dispositivo –ya sea un celular, una computadora, una tablet o un sensor inteligente– necesita conectarse a la red, requiere una dirección IP para identificarse. Este código numérico actúa como si fuera la dirección postal que utilizas para recibir cartas o paquetes: sin ella, sería imposible organizar el tráfico de datos.

Durante décadas, el estándar principal ha sido IPv4, que utiliza direcciones de 32 bits y está representado por números separados por puntos. Es decir, algo como 192.168.0.1 (dirección muy popular en redes domésticas) forma parte de este sistema. Sin embargo, IPv4 tiene un límite de combinaciones posible, y con la creciente demanda de dispositivos conectados, se acerca cada vez más al total de direcciones utilizables.

Se ha implementado, por ello, una estrategia de “parches” como la traducción de direcciones de red (NAT) o la compartición de una sola IP pública entre muchos dispositivos. Pero eso, aunque ha sido útil, no es la mejor solución. La explosión de teléfonos inteligentes, la conexión a la red de televisores, consolas, electrodomésticos y un sinfín de gadgets, así como la necesidad de que cada uno cuente con una dirección única, ha evidenciado la urgencia de contar con un protocolo que permita mayor cantidad de direcciones.


 

 

Cómo surgió IPv6 y qué lo hace especial

Para enfrentarse a la escasez de direcciones, se diseñó IPv6, que en lugar de usar 32 bits, usa direcciones de 128 bits. Por poner un ejemplo práctico (no usaremos la palabra que describe algo enorme con “v”), la cantidad de direcciones se multiplica de manera abrumadora, lo que elimina, en teoría, cualquier preocupación sobre agotar el espacio de direcciones. Estas direcciones se escriben en notación hexadecimal, separada por dos puntos en lugar de puntos. Un ejemplo de ello sería algo tipo 2001:0db8:85a3:0000:0000:8a2e:0370:7334.

Pero IPv6 no se limita a ofrecernos una cantidad inmensa de direcciones. También incorpora mejoras y simplifica ciertos procesos. La configuración automática de direcciones es más sencilla, ya que no hace falta configurar DHCP de la misma manera que en IPv4. Además, la estructura del protocolo brinda ciertas herramientas que refuerzan la seguridad al incorporar IPSec de forma nativa, algo que en IPv4 se agregaba opcionalmente.

No obstante, aunque IPv6 está pensado para hacer nuestras vidas más simples, la adopción global ha sido un camino lleno de retos. Algunas compañías y proveedores de servicios de Internet todavía no ofrecen compatibilidad completa con este protocolo, especialmente porque en ciertos casos supone costos de migración y cambios de infraestructura. Aun así, la tendencia indica que cada vez más redes lo adoptan, impulsando el crecimiento de IPv6 en todo el planeta.

 

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