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Lun a Vie de las 8 a las 22hPublicado en:
La mayoría de los visitantes llega a la Página Sobre Nosotros cuando ya se interesó lo suficiente como para averiguar quién está detrás. En ese instante, no solo está midiendo tu experiencia; está evaluando confianza, afinidad y coherencia. Si ese texto suena genérico, frío o impersonal, la conexión se rompe. Si, en cambio, se siente cercano, claro y humano, se abre la puerta a una relación de largo plazo.
Esta sección no es un “sobre mí” narcisista ni un currículum. Es un puente narrativo que traduce tu propósito en valor para la audiencia. Cuando está bien escrita:
Reduce la fricción inicial y baja las barreras de desconfianza.
Conecta emocionalmente a través de una historia auténtica.
Aclara tu propuesta de valor con sencillez y sin humo.
Mueve a la acción con un llamado a la acción sin fricción.
Cuando está mal escrita, ocurre lo contrario: distancia, dudas, rebote. No es un detalle; es un punto de inflexión.
Un fallo común es hablar “para todos”. Al hacerlo, el mensaje pierde filo y personalidad. Empieza por identificar con precisión a tu lector ideal: qué teme, qué desea, qué le frustra, qué objeciones suele tener. Una Página Sobre Nosotros que conecta responde, aunque sea de modo implícito, a estas preguntas:
¿Quiénes son? ¿Por qué hacen esto? ¿Qué han aprendido en el camino? ¿Cómo me ayuda su mirada a mí?
Crea un mini perfil de lector: metas, problemas, lenguaje, contexto. No lo compliques; unas notas claras bastan. Eso te permitirá elegir tono, ejemplos y palabras clave que sí resuenen.
El tono es la manera en que dices lo que dices. Puede ser cercano, profesional, cálido, directo, juguetón o técnico, pero debe ser consistente. Define 3–5 adjetivos guía (por ejemplo: claro, humano, directo, optimista, simple) y úsalos como brújula. El objetivo no es sonar perfecto, sino verosímil. Un par de faltas leves o giros coloquiales controlados pueden dar sensación de humanidad (sin caer en desprolijidad total: “ortográfía” con acento mal puesto sería un ejemplo exagerado; mejor deslices pequeños como “impreciona” una sola vez).
Tu promesa no debe ser un eslogan vacío. Debe responder a “qué cambia para el lector si te elige”. Y esa promesa necesita prueba social: testimonios, números razonables, logros narrados con humildad, historias de impacto. No abuses de cifras; una anécdota con nombre y contexto puede ser más creíble que diez porcentajes fríos.
Tu primer titular debe hablar del lector, no de ti. Evita “Bienvenido a nuestra empresa”. Opta por una promesa concreta o una imagen potente:
“Historias reales, resultados que se sienten”, “Damos claridad donde antes había ruido”, “De idea a impacto, sin vueltas”.
El gancho no vende; orienta. Proyecta el tono, sugiere el beneficio y abre la intriga.
Un subtítulo de 1–2 frases contextualiza el gancho y nombra tu enfoque:
“Somos un equipo pequeño que crea soluciones simples para problemas complejos. Preferimos la conversación honesta a las promesas grandilocuentes”.
Aquí ya aparece tu propuesta de valor sin adornos.
Las personas conectan con rostros, manos, miradas, gestos. Una foto real con luz natural, un instante de trabajo, un pizarrón con garabatos, un prototipo, un apunte arrugado. Si usas video, que sea corto y genuino: 8–12 segundos bastan para transmitir cercanía.
Explica qué haces, pero siempre enlazando con el porqué. Si trabajas con pequeñas empresas, no hables solo de “servicios”; habla de aliviar cargas, de hacer que la gente gane claridad, de reducir la ansiedad tecnológica. Esa es la diferencia entre una lista de tareas y una historia con sentido.
La mini-narrativa ayuda a recordar. Usa una estructura breve tipo “Érase una vez / Hasta que un día / Desde entonces”:
Érase una vez: describe el punto de partida, el problema que viste, la pregunta que te guió.
Hasta que un día: el momento de quiebre, un error, una conversación, un fracaso que te cambió la mirada.
Desde entonces: cómo trabajas ahora, qué método o filosofía adoptaste.
Mantén la vulnerabilidad controlada: muestra humanidad sin convertir la página en un diario personal.
Un testimonio breve y específico funciona mejor que una alabanza genérica. Por ejemplo:
“Nos explicaron con palabras simples lo que nadie nos había podido aclarar. Me fui con un plan y sin dolor de cabeza”.
Evita comillas perfectitas de catálogo. Las voces reales traen textura y credibilidad.
No cierres la página con un muro. Invita a un paso mínimo: contacto, suscripción, agenda corta, muestra gratuita de contenido. Que la acción sea evidente, simple y alineada al tono. Un botón y una frase clara suelen bastar.
Un buen titular no intenta decirlo todo. Condensa una idea emocional + funcional. Reescribe 10 versiones y elige la que mejor combine claridad y personalidad. Evita términos grandilocuentes o vagos: “excelencia”, “calidad superior”, “líderes del mercado”. Sustitúyelos por imágenes concretas: “Menos ruido. Más foco.”; “Tu historia, sin filtros raros.”
En 25–40 palabras, responde: ¿qué hacemos? ¿para quién? ¿con qué enfoque? Ejemplo:
“Trabajamos con equipos pequeños que quieren avanzar sin perder su esencia. Co-creamos soluciones claras, medibles y humanas, paso a paso.”
En lugar de listar servicios, nómbralos como promesas accionables:
Acompañamiento estratégico para convertir metas difusas en un plan claro.
Diseño de experiencias que reducen fricción y aumentan satisfacción.
Contenido útil que suena a humano, no a robot.
Cada promesa debe ir seguida de 2–3 frases que la aterricen con ejemplos.
No es una saga. Son 150–250 palabras que expliquen el origen y la evolución. Usa detalles sensoriales: una mesa con tazas, una libreta con manchas, una llamada que te cambió el rumbo. Lo sensorial ancla la memoria. Un toque de autoironía humaniza: “Pensamos que tomaría dos semanas; tardamos dos meses y aprendimos el triple”.
No enumeres palabras bonitas. Convierte cada valor en una regla operativa:
Claridad primero: si algo no se entiende, no avanza.
Menos promesas, más entrega: preferimos sorprender por cumplir.
Escucha atenta: preguntar antes que suponer.
Sencillez: lo simple no es pobre, es enfocado.
Cada regla con 1–2 líneas que expliquen “cómo se ve” en la práctica.
Evita fichas rígidas. Escribe 3–4 líneas por persona con un rasgo profesional y uno humano:
“Laura — estrategia y palabra. Cree que una conversación honesta ahorra semanas de trabajo. Le gustan los mapas y los lápices con punta blanda.”
Es más fácil conectar con personas que con cargos.
Combina micro-testimonios (1–2 líneas), mini-casos (5–7 líneas con contexto-reto-cambio) y, si aplica, un dato moderado (por ejemplo, “más de X proyectos en Y años” sin sonar a fanfarria). La credibilidad crece al mostrar diversidad de voces.
Ofrece dos caminos:
Conversemos 15 minutos: para quienes quieren contacto humano.
Recibe ideas útiles: para quienes prefieren observar primero.
Evita formularios eternos. Un campo de nombre y correo, o un enlace claro al canal de contacto. La acción debe sentirse “ligera”.
La Página Sobre Nosotros no es un blog, pero sí puede contribuir al posicionamiento cuando usas palabras clave en forma natural. Integra términos como “Página Sobre Nosotros”, “conectar emocionalmente”, “historia auténtica”, “propuesta de valor”, “prueba social”, “llamado a la acción sin fricción”, “confianza real”, “equipo”, “valores”, “metodología”, “visión y propósito”.
Colócalas en:
Título y subtítulo (sin forzar).
Primeros 100–150 caracteres del primer párrafo.
Encabezados intermedios donde tenga sentido.
Atributos alt de imágenes (descriptivos y humanos).
Microcopys de botones (verbos claros, beneficio implícito).
Evita el “relleno” de keywords. La naturalidad manda. Un texto útil siempre posiciona mejor a la larga que un párrafo forzado.
Usa encabezados, párrafos cortos (3–5 líneas), listas con viñetas donde convenga y aire entre secciones. Una tipografía legible, contrastes amables y espacios respirables convierten la lectura en una experiencia. Recuerda: escaneabilidad antes de profundidad; la profundidad vendrá si el escaneo inicial engancha.
Alterna párrafos de 1–2 líneas con otros de 4–6 para generar ritmo. Introduce frases puente (“Ahora bien”, “¿Por qué importa?”, “En la práctica…”) para dirigir la atención. Si un bloque luce pesado, pártelo en dos. La lectura web premia la claridad y la economía verbal.
Cada imagen debe aportar: mostrar el equipo, el proceso, un antes/después (sin datos sensibles), una pizarra real. Evita clichés de stock: apretones de manos perfectos, sonrisas idénticas, trajes sin arrugas. La imperfección sincera funciona mejor que la perfección plástica. Si cuelas una falta mínima en una nota manuscrita, no pasa nada: humaniza.
Titular orientado al lector: “Pongo orden en tus ideas para que avances sin estrés”.
Subtítulo con enfoque: a quién ayudas y cómo lo haces.
Imagen real: tú en tu espacio de trabajo (luz natural).
Qué hago: 3 promesas accionables con ejemplos.
Historia breve con “Érase una vez / Hasta que un día / Desde entonces”.
Valores como reglas operativas.
Prueba social: 2 testimonios y 1 mini-caso.
CTA doble: conversación breve + suscripción/descarga simple.
Titular de impacto compartido: “Hacemos simple lo que parecía complicado”.
Subtítulo que nombra enfoque colaborativo.
Foto del equipo en acción (no poses rígidas).
Nuestra forma de trabajar: pasos claros (descubrimiento, prototipo, entrega).
Historia del equipo: origen, decisiones clave, aprendizajes.
Valores y reglas: cómo se toman decisiones.
Personas: micro-bios con rasgos humanos.
Prueba social en capas.
CTA con dos rutas.
Titular: “Ninguna persona debería sentirse sola frente a X problema”.
Subtítulo: qué hacen, dónde, con quién.
Imagen de la labor real (respeto y consentimiento).
Por qué existimos: contexto del problema y enfoque de cambio.
Historia con momentos de quiebre y avances logrados.
Principios (no solo valores): qué jamás negocian.
Impacto narrado (cambios observables, historias breves).
Cómo sumarte: donación, voluntariado, difusión.
CTA claro y humano.
Titular: Claridad para tus ideas, calma para tus días.
Subtítulo: Trabajo con personas que quieren avanzar sin perder su esencia. Convertimos ruido en decisiones simples.
Imagen: Mesa con cuaderno, taza, notas desordenadas; luz de mañana.
Qué hago.
Diagnóstico conversado: en una charla breve traducimos objetivos difusos en un mapa claro. Acompañamiento por etapas: definimos pequeños hitos para que nada se sienta imposible. Edición de mensajes: limpiamos palabras que no ayudan y reforzamos lo que sí mueve.
Historia.
Érase una vez una profesional agobiada por listas eternas. Hasta que un día decidió que su trabajo sería ayudar a otros a pensar mejor y a hacer menos cosas, pero con más intención. Desde entonces, cada proyecto empieza con preguntas simples y termina con una sensación de alivio. Sí, más de una vez me equivoqué en el camino (y sí, aprendí rápido: “impreciona” lo que enseña equivocarse).
Valores.
Sencillez: si se entiende, funciona. Escucha: siempre primero. Entrega: prometer poco, cumplir mucho.
Prueba social.
“Me devolvió el orden. Salí con un plan que sentí mío.”
“Por fin alguien me habló en humano, no en idioma técnico.”
CTA.
¿Te sirve empezar con una conversación cortita? Escribe y te respondo hoy.
Titular: Menos fricción, mejores experiencias.
Subtítulo: Diseñamos procesos claros para equipos que necesitan enfocarse.
Imagen: Pizarra con esquemas, post-its desparejos, dos personas discutiendo ideas.
Nuestra forma.
Explorar: entendemos contexto y usuarios. Encajar: prototipos que se prueban pronto. Entregar: soluciones simples que tu equipo puede mantener.
Historia.
Érase una vez tres colegas cansados de lo complejo por lo complejo. Hasta que un día apostamos por lo suficiente: lo que hace el trabajo sin añadir ruido. Desde entonces, cuando algo no se entiende, paramos y volvemos a la base.
Valores/reglas.
Claridad primero, medir para aprender, cuidar la energía del equipo.
Prueba social.
“Nos quitaron pasos innecesarios y nos devolvieron tiempo.”
CTA.
Conversemos 15 minutos y vemos si hay encaje.
Genérico y vacío
Antes: “Somos una empresa dedicada a brindar soluciones integrales”.
Después: “Ayudamos a equipos chicos a resolver X problema con procesos simples y medibles”.
Todo sobre mí
Antes: “Tenemos 15 certificaciones y 30 premios”.
Después: “Si estás cansado de procesos que se enredan, nuestro método reduce pasos y te devuelve horas”.
Tono acartonado
Antes: “Nuestra misión es proveer servicios de excelencia”.
Después: “Preferimos prometer poco y sorprender por entregar. Si algo no se entiende, paramos y lo aclaramos.”
Sin prueba social
Antes: párrafo autoelogioso.
Después: “Pensé que iba a ser difícil. Fue claro y rápido”, dice A., que llegó frustrado y salió con un plan de 3 pasos.
CTA confuso o inexistente
Antes: nada o formulario con 14 campos.
Después: botón único: “Escríbenos, te respondemos hoy”.
Los textos pequeños mandan señales grandes. Ajusta:
Botones: “Quiero claridad”, “Hablemos breve”, “Ver cómo trabajamos”.
Pies de foto: “La mesa donde las ideas toman forma (y café)”.
Formularios: “Solo lo imprescindible para responderte”.
Mensajes de error: “Algo falló. No eres tú, es el form. Reintenta y si no, escríbenos directo.”
El microcopy es la voz cuando el lector no mira el titular.
Cuida el lenguaje: evita suposiciones de género, edad o contexto socioeconómico. No uses humor que pueda excluir. Si trabajas con comunidades específicas, pide revisión a alguien del grupo. La inclusión es parte de la confianza real.
Tiempo en página: si sube, probablemente hay interés.
Clics en CTA: evalúa si tu invitación funciona.
Scroll depth: ¿la gente llega a la historia? ¿a la prueba social?
Mensajes recibidos: presta atención al lenguaje que usa la gente; te dirá si el tono encajó.
Cambia una cosa por vez: titular, imagen, orden de secciones. Da 2–4 semanas y observa. Documenta lo que aprendes. La Página Sobre Nosotros es un organismo vivo: crece a medida que aprendes y evolucionas.
Reúne insumos: anécdotas, fotos reales, frases de clientes, notas del equipo.
Elige tono con 3–5 adjetivos guía y 2 ejemplos de cómo suena y cómo no.
Redacta 10 titulares. Quédate con 2 y prueba con personas reales.
Escribe el subtítulo en 30–40 palabras: qué haces, para quién, cómo.
Redacta 3 bloques de promesas (qué haces) con 2–3 frases cada uno.
Escribe la historia en 180–220 palabras con la tríada “Érase / Hasta que / Desde entonces”.
Define 4 valores como reglas operativas con ejemplos.
Recopila 3 testimonios y 1 mini-caso con contexto-reto-cambio.
Diseña el CTA doble (contacto + suscripción/descarga).
Limpia repeticiones, ajusta ritmo y microcopy.
Pide lectura crítica a alguien ajeno al proyecto.
Publica y mide con criterios simples (tiempo, clics, scroll).
Integra, cuando sea natural, un puñado de estas expresiones: propósito, visión, equipo, valores, método, claridad, foco, proceso, aprendizaje, acompañamiento, co-creación, impacto, historias reales, voz humana, confianza real, propuesta de valor, prueba social, llamado a la acción, conectar emocionalmente, Página Sobre Nosotros.
Problema: la web mostraba productos, pero nadie sabía quién hacía las piezas ni por qué eran especiales.
Intervención: reescribimos la Página Sobre Nosotros con fotos del taller, manos con pintura, frases cortas y una mini-historia de la fundadora (“empecé con retazos y dudas; me quedé por la sonrisa de quien encuentra algo único”).
Resultados cualitativos: mensajes más cálidos, consultas directas pidiendo piezas personalizadas. La prueba social sumó 3 micro-citas de clientes locales; cada una describía cómo se sentían al regalar esas piezas.
Problema: textos técnicos y fríos, cero conexión.
Intervención: nueva narrativa orientada al alivio del usuario (“cuando el equipo falla, el día se desarma; estamos para armarlo de vuelta sin drama”). Valores como reglas: “explicar en claro”, “presupuestos sin letra chica”, “entregar cuando decimos”.
Se añadió una foto real del banco de trabajo, destornilladores, cables, notas con trazos. El CTA quedó en “Hablemos 10 minutos, te orientamos sin compromiso”. El tono bajó la ansiedad del lector; más consultas concretas, menos miedo.
Problema: discurso solemne que sonaba distante.
Intervención: titular con enfoque humano (“Nadie debería enfrentar esto solo”), historia de origen con momentos de quiebre y avances medibles, testimonios respetuosos de beneficiarios y voluntarios. CTA múltiple: donar, participar, difundir.
Resultado: más voluntarios inscritos y mensajes de personas que decían “por fin entendí qué hacen”.
¿El titular habla del lector y no solo de ti?
¿El subtítulo aterriza la promesa en 1–2 frases claras?
¿Hay imagen o video humano (no stock genérico)?
¿El bloque “qué hacemos” suena a promesas accionables con ejemplos?
¿La historia auténtica cabe en 180–220 palabras y deja una imagen mental?
¿Los valores están escritos como reglas operativas observables?
¿Incluyes prueba social con micro-testimonios y un mini-caso?
¿El CTA es simple y ofrece al menos dos rutas?
¿Usaste palabras clave de forma natural (sin saturar)?
¿El texto es escaneable (encabezados, párrafos cortos, listas)?
¿El microcopy refuerza tono y claridad?
¿Cuidaste inclusión y respeto en el lenguaje?
¿Quitaste frases vacías (“líderes”, “excelencia”)?
¿Probaste variantes de titular y mediste?
¿Hay 1–2 faltas leves que humanizan sin afectar la comprensión?
Titular: Damos claridad donde otros añaden ruido.
Subtítulo: Acompañamos a equipos y personas que necesitan avanzar con foco. Lo hacemos con conversaciones directas, procesos simples y entrega que se nota.
Imagen: Un momento real de trabajo, nada perfecto: mesa con notas, luz de tarde, un gesto honesto.
Lo que hacemos
Escuchar para entender: sin prisa, sin guiones rígidos. Convertir en plan: prioridades claras, pasos pequeños, avance medible. Acompañar: estamos cerca cuando surgen dudas, no solo al final.
Nuestra historia
Érase una vez un grupo que se cansó de complicar lo que podía ser simple. Hasta que un día decidimos cambiar la forma de trabajar: preguntar más, prometer menos y cumplir mejor. Desde entonces, cada proyecto empieza con claridad y termina con alivio.
Principios
Transparencia: decimos lo que vemos. Sencillez: menos adornos, más sentido. Cuidado: de las personas, del tiempo, de la energía.
Prueba social
“Al fin entendí el camino. Me fui tranquila, con pasos claros.”
“Nos ahorraron vueltas y ganamos foco.”
CTA
¿Te sirve empezar con una charla breve? Escríbenos y respondemos hoy.
La Página Sobre Nosotros no se escribe una vez y ya. Revisa cada 3–6 meses: ¿sigue representando tu realidad? ¿Hay aprendizajes nuevos que sumar? ¿Cambió tu equipo, tu método, tu enfoque? Actualiza imágenes, agrega un micro-testimonio nuevo, pule el microcopy del CTA. Un pequeño ajuste trimestral mantiene la confianza real y evita que el texto se ponga rancio.
Puedes leer el titular en voz alta sin sentir vergüenza.
Si quitas tu logo del texto, igual se nota que eres tú (voz propia).
Alguien externo entiende qué haces y cómo lo haces en menos de 30 segundos.
El botón de llamado a la acción parece el camino natural, no un salto al vacío.
Hay coherencia entre imagen, tono y promesa.
Se percibe humanidad: una anécdota, una risa, una mancha de tinta, un “nos equivocamos y aprendimos”.
Cambia sustantivos abstractos por verbos de acción.
Quita adverbios que no suman (“verdaderamente”, “sumamente”) salvo que den ritmo.
Divide oraciones muy largas en dos.
Revisa que cada párrafo tenga una sola idea principal.
Lee en voz alta: donde te trabes, reescribe.
Permite una pequeña falta intencional si aporta naturalidad, pero no más (que no sea “ortográfía”, por favor).
Evita metáforas gastadas: “fuera de la caja”, “aportar granito de arena”. Crea imágenes frescas: “menos ruido, más aire”.
Propósito: ¿para qué existe esta página?
Audiencia: ¿a quién le habla?
Promesa: ¿qué gana el lector?
Prueba: ¿qué lo respalda?
Personalidad: ¿qué la hace tuya?
Puerta: ¿qué pasa después (CTA)?
Si una de estas piezas falta, la conexión cojea.
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