Ideal para comenzar, un Hosting económico también puede ser de calidad.
Como Elegir el Mejor Hosting VPS

“Servidor Privado Virtual”, es un alojamiento VPS donde tienes un servidor virtualizado dentro de un servidor físico más grande, con recursos que están asignados exclusivamente a ti.
Aunque compartas la máquina física con otros usuarios, no tienes que preocuparte de que alguien más se esté comiendo tus recursos. Eso se traduce en una estabilidad y confiavilidad superiores a las que se pueden conseguir con un hosting compartido. En un entorno compartido, si un sitio web se vuelve muy popular y consume demasiados recursos, puede afectar a los demás sitios que residan en el mismo servidor. Pero con un Hosting VPS, tus procesos y configuraciones quedan aislados, lo que garantiza mejor rendimiento y seguridad.
También es cierto que el Hosting VPS se acerca más al nivel de un servidor dedicado, pero sin llegar a costar tanto. Tener un servidor dedicado completo puede ser demasiado costoso y complicado de manejar para proyectos pequeños o medianos. Un servidor virtual, en cambio, te brinda parte de esa libertad y potencia, pero con un costo bastante más razonable y una administración generalmente más sencilla.
Por qué el Hosting VPS es mejor que un hosting compartido
Es normal empezar con un hosting compartido, dado que suele ser más económico y simple de gestionar. Sin embargo, cuando tu proyecto empieza a recibir un tráfico mayor, o cuando necesitas instalar aplicaciones que requieren configuraciones específicas, el Hosting VPS se vuelve casi una necesidad. No hay que esperar a que tu web colapse para dar el salto.
La principal razón para cambiar es la disponibilidad de recursos dedicados. En un entorno compartido, aunque no se diga abiertamente, todos los sitios consumen el mismo conjunto de CPU, RAM y ancho de banda. Si alguien abusa o si el servidor no está bien optimizado, la experiencia de tus visitantes se verá afectada. Con un servidor virtual, tendrás garantizado un mínimo de RAM y CPU, lo que te permitirá dar soporte a un mayor número de visitantes sin experimentar caídas constantes.
El siguiente aspecto es la escalabilidad. Tal vez ahora tu proyecto no necesite demasiados recursos, pero si las cosas van bien y tu audiencia empieza a crecer, te interesará poder aumentar fácilmente la memoria RAM, el almacenamiento o la potencia del procesador. Esto se logra de forma sencilla con un Hosting VPS, ya que los proveedores suelen ofrecer planes escalables donde con un par de clics puedes agregar más recursos cuando los requieras.
La diferencia en precio entre un hosting compartido de alta gama y un plan VPS de nivel inicial suele ser menor de lo que se cree. A menudo, por unos cuantos dólares (o euros) extra al mes, puedes ganar una independencia notable y un mejor rendimiento para tu web, lo que a la larga se traducirá en más satisfacción para tus usuarios y menos inconvenientes técnicos para ti.
Calidad de un Hosting VPS
Lo primero que debes revisar es la capacidad de personalización. Un VPS de calidad te deja instalar el sistema operativo que prefieras (Linux, Windows, etc.), así como configurar el servidor según tus necesidades. Para muchos desarrolladores, la libertad de cambiar la versión de PHP, instalar módulos de Apache o hacer ajustes en Nginx es vital. Si tu VPS no te lo permite, quizás no sea tan atractivo.
También es clave la ubicación de los centros de datos. Si la mayoría de tus visitantes vienen de Europa, un datacenter en ese continente podría ofrecer menores latencias y mejor velocidad de respuesta. Lo mismo si tu audiencia principal se encuentra en Latinoamérica o Estados Unidos. Siempre revisa en qué lugares geográficos opera el proveedor, de modo que puedas escoger la región que te dé mejor tiempo de carga.
Otro factor importante es el soporte técnico. Asegúrate de que el proveedor tenga un equipo de asistencia eficiente y disponible cuando lo necesites, preferiblemente las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Uno no planea tener problemas, pero siempre es mejor estar preparado en caso de que algo falle. El tiempo de respuesta puede ser crítico, sobre todo si vendes productos o servicios en tu web y una caída prolongada implica pérdidas económicas.
La administración del servidor también es otro punto a sopesar. Existen VPS administrados y no administrados. En el primer caso, el proveedor se encarga del mantenimiento, la seguridad básica, las actualizaciones y otras tareas técnicas. En el segundo, eres tú quien tiene que lidiar con todo lo referente al software y la configuración del servidor. Si no tienes experiencia en estos temas, un plan administrado puede evitarte bastantes dolores de cabeza.
Y por supuesto, está el tema de la relación calidad-precio. Un plan caro no siempre es el mejor, mientras que un plan muy barato puede traer problemas de rendimiento o de soporte. Lo ideal es encontrar un equilibrio que se adapte a tu presupuesto y que ofrezca prestaciones confiables.